Fotos archivo / Cortesía
Lino Rufino Bugitti Charandini, nació el 23 de septiembre de 1916, en Remanzacco, Udine, Italia.
En 1927, acude al llamado eclesial e ingresa al Seminario Menor Franciscano de Lonigo, Provincia de Vicenza, y estudia el bachillerato. El 16 de septiembre de 1932, recibe el hábito de San Francisco, adopta el nombre de Fray Lino Rufino y el año siguiente en el convento de San Francisco en la provincia de Vicenza, finaliza el año de noviciado y emite su profesión religiosa en 1933. Continúa estudios complementarios, tres años de filosofía y cuatro años de teología. En 1941 recibe su Ordenación Sacerdotal.
Seis años después, en 1947, en Centro América hay crisis de sacerdotes. Los obispos de Guatemala y El Salvador deciden solicitar a la Orden Franciscana de Veneto, el envío de misioneros, la cual fue aceptada, y luego de varios días de viaje vía marítima llegan a Nueva York desde donde vía aérea llegan a tierra salvadoreña el 23 de febrero de 1948. Y luego deuntiempo de preparación aprendiendo el idioma castellano y las costumbres salvadoreñas, Lino Rufino Bugitt Charandino, de 32 años, es enviado a su primera parroquia en tierra salvadoreña, y llega así a la iglesia de San Pedro Nonualco, departamento de La Paz.
Cuando las autoridades religiosas observan el gran trabajo que el padre Bugitt realizó en dos años en esa parroquia, el entonces Obispo de la Diócesis de San Vicente a la que pertenecia San Pedro Nonualco, pide su traslado a la parroquia Santa Lucía en Zacatecoluca.
El italiano Fray Rufino Bugitti, en el marco de la celebración de sus 25 años de vida sacerdotal, fue nombrado Hijo Meritísimo de Zacatecoluca por la administración del recordado alcalde Lito Coto en julio de 1966.
En una ocasión, mientras el padre Bugiti supervisaba la obra de construcción de la actual Catedral, se accidentó cayendo por lo menos unos 15 metros desde el primer nivel al suelo del atrio de la Iglesia. Este accidente provocó serios daños en una de sus piemas y una fractura en el fémur que lo obligó ausarbastón de por vida.
Mencionar al Padre Rufino Bugitti en Zacatecoluca se siente en el corazón. Su acción pastoral fue mucho más allá de celebrar la palabra bajo la doctrina católica, se encarnó en las necesidades del pueblo, mostró una fe que obraba entre los descalzos. Gracias padre Rufino por tu gran aporte a la ciudad.